viernes, 3 de febrero de 2017

El árbol imaginario


El árbol imaginario

que construimos

con nuestro amor

se está secando.

Ha pasado el tiempo

y sus raíces son superficiales,

no han hondado.

No se posarán los pájaros

en sus ramas incipientes.

No lo hemos cuidado.

Pasa días sin agua,

sin sentimientos desbordados,

sólo lo embarga el frío

en esa espera que lo desespera.

Nos olvidamos de darle el calor

de un sol de primavera

en sus atardeceres nublados.

Tal vez aún estemos a tiempo de revivirlo,

pero hemos de ser sinceros.

Lo nuestro no debe ser

como un libro en una estantería,

cogiéndolo de vez en cuando

o sólo para adornar.

Nuestro amor debe florecer

con una explosión de colores,

de deseos, de épicas pasiones.

No debe ser una rutina,

sino que nos sorprenda cuando nos miramos,

que descubramos el uno al ver al otro

un latido fresco y ardiente,

nuevo y de ayer,

que todo en nosotros se contradiga,

y que de repente al aproximarnos

podamos sentir el romper de olas

en nuestro sereno mar.
 
 
Poesía incluida en el libro de poemas Inolvidable.